Introducción

Europa es una región dependiente energéticamente. Esta dependencia, se ha incrementando en los últimos años llegando a un 53% en el año 2007. Dentro de la UE, Dinamarca, es el único país exportador neto de energía, y por tanto, no dependiente.

Al analizar el consumo por sectores económicos, se observa que los dos principales consumidores energéticos son el Transporte (33%) y la industria manufacturera (28%).

De forma global, la Unión Europea, ha centrado sus esfuerzos en un avance coordinado hacia la liberalización de los mercados, la garantía del suministro, el desarrollo de las infraestructuras de interconexión y la reducción de emisiones contaminantes, entre otras materias.

Los objetivos de la UE en materia de energía fueron incorporados a la estrategia «Europa 2020» de crecimiento inteligente, sostenible e integrador adoptada por el Consejo Europeo en junio de 2010. Concretamente, la UE se propuso alcanzar los siguientes objetivos en materia de energía y cambio climático al año 2020:

  • Reducir un 20 % las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Aumentar hasta un 20 % la parte correspondiente a la energía renovable.
  • Mejorar un 20 % la eficiencia energética.

A partir del Acuerdo del París, en diciembre de 2015, se establecen las medidas de reducción de GEI a través de la mitigación, adaptación y resiliencia en los territorios afectados por el cambio climático. Su aplicación es de 2020 en adelante, cuando finalice el protocolo de Kioto.

La UE está tomando ya medidas para alcanzar su objetivo de reducir las emisiones un 40% como mínimo en 2030 con iniciativas como el Pacto de los Alcaldes para el Clima y la Energía cuyos firmantes, autoridades locales, se comprometen a actuar para respaldar la implantación del objetivo europeo de reducción de los gases de efecto invernadero en un 40 % para 2030 y la adopción de un enfoque común para el impulso de la mitigación y la adaptación al cambio climático.