Iluminación
La iluminación en la industria está en torno al 10-15% de la energía utilizada. El 75% de la iluminación usada en la industria está basada en tecnologías antiguas e ineficientes, por tanto existe un potencial de ahorro energético y económico con el empleo de un sistema de iluminación eficiente.
MEDIDAS DE AHORRO Y EFICIENCIA ENERGÉTICA
– Aprovechamiento de la luz natural.
Como regla general de iluminación, independientemente del tipo de zona, cabe destacar que se debe maximizar el aprovechamiento de la radiación solar, se debe tratar de tener superficies traslucidas/transparentes que permitan aprovechar la luz natural sin descuidar su comportamiento térmico. En general hay que mantener limpias las superficies traslucidas/transparentes como ventanas o lucernarios, ya que en muchas ocasiones estas superficies al tener difícil acceso no se limpian y limitan la entrada de luz natural.
– Adaptación de los niveles de iluminación.
En el momento de proyectar un sistema de alumbrado o al estudiar su modificación, resulta de vital importancia ajustar el nivel luminoso a las necesidades reales de cada zona.
Los niveles de iluminación recomendados para una nave industrial dependen de las actividades que se vayan a realizar en él, tomando como base la legislación actual vigente.
En la comunidad Valenciana existe normativa aplicable sobre los niveles de iluminación mínimos que debe de existir según las tareas que se realicen según el RD 486/1997 Legislación y Normas sobre Seguridad y Salud en el trabajo, Generalitat Valenciana.
– Sustitución de lámparas o luminarias por LED.
Tradicionalmente, los tipos de lámparas que se solían emplear en aplicaciones industriales eran las de descarga, y más concretamente las de vapor de sodio a alta presión, vapor de mercurio a alta presión (en desuso por su baja eficiencia), fluorescentes y halogenuros metálicos.
A día de hoy la irrupción de la tecnología LED de alta potencia para aplicaciones industriales y su moderación en el coste de estos productos está haciendo que paulatinamente se vaya sustituyendo, debido al ahorro en el consumo respecto a las lámparas tradicionales en todos los entornos.
–Control, gestión y mantenimiento.
Un buen sistema de control de alumbrado proporciona una iluminación de calidad sólo cuando es necesario y durante el tiempo que es preciso.
Para un buen aprovechamiento de las instalaciones de alumbrado es necesario realizar un correcto mantenimiento de las mismas. Si las lámparas y luminarias no se encuentran suficientemente limpias, disminuye en gran medida el flujo luminoso emitido, además de aumentar la temperatura de las lámparas, lo cual influye en su rendimiento luminoso y en su vida útil.